Ayer murió de un paro cardíaco Christopher Reeve, el actor que encarnó y dio vida a unos de los más famosos héroes del cómic, y particularmente el que de siempre más me ha gustado, el superhombre por excelencia que fue capaz de marcar a toda una generación, Superman.
Hace 9 años que había quedado postrado en una silla de ruedas por un tetraplejía, se había roto dos vértebras cervicales y tenía seccionada la médula espinal tras sufrir un accidente mientras practicaba la hípica.
Más allá de su personaje, Reeve demostró ser un verdadero superhombre para sobreponerse a la adversidad y convertirse en un referente para todos los que luchaban contra esta enfermedad.
Descanse en paz.
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