23.4.08

Posted by Fran Posted on 2:32 p. m. | 3 comments

Día Del Libro

Aprovechando que hoy es el día del libro, animamos a todos a que escriban algo. No me valen las excusas típicas de "yo no se escribir". No es verdad, todos sabemos escribir. A lo mejor no para ganar un premio literario o para ocupar una plaza en la Real Academia Española de La Lengua (RAE), pero lo que pensamos, lo que sentimos, lo que deseamos es tan válido escrito por alguien que no suela escribir, que por alguien que sea un creador de Best Sellers.

Pues eso, si quieres, puedes aprovechar los comentarios para escribir lo que quieras (sin censura, pero con cordura). Y ya que estamos con la lectura, puedes pasarte por el blog de nuestro amigo Sergio, Noches en Vela, para disfrutar de buena lectura, y quizás eso te sirva para inspirarte.

Nunca es tarde para empezar a leer, escribir o simplemente sonreír (que siempre es un buen día para eso).
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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bajando la cuesta

Bajando la cuesta, con el más absoluto de los silencios a su alrededor, todo parecía brillar de forma especial. El humo de su cigarro se desvanecía en el aire y la ceniza caía al suelo formando un ruido estrepitoso que, sin embargo, no le distraía de su objetivo.

Siguió unos pasos más y se sentó en un banco. Era el único en el que no había nadie, y todo el mundo, que hasta ese momento callaba mientras dirigían su mirada hacia él, se giró y volvió a la normalidad de las conversaciones, las risas, los llantos y los juegos.

Él sonrió y echó la cabeza hacia atrás. Terminó su cigarro y tiró al suelo la colilla, la pisó y se puso de nuevo en pie. La gente volvió a guardar silencio.

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Una improvisación para celebrar este día con vosotros, amigos.

Un abrazo

Fran dijo...

Que bueno. Muchas gracias por colaborar.

Un abrazo

AbianRD dijo...

El banco

Innumerable noches habré deambulado por el parque, y siempre veo el mismo banco. Parece indiferente a todo lo que sucede, aunque siempre paciente a que cualquier transeunte se fije en él, invitando a sentarse.

Como hoy, suelo pasear cuando algo me atormenta y no puedo parar de dale vueltas en mi mente. Nunca me detengo, siempre voy andando. Si pensar un ápice en el tiempo, rumbo o lugar, camino por el parque, pero siempre pasando frente a ese banco.

¿Qué tiene de especial?¿Por qué no lo han quitado nunca? Por una extraña razón, su embrujo me atrae poco a poco y finalmente decido sentarme.

Ahora lo entiendo todo. La vista del lago con sus aguas totalmente quietas parecen un espejo gigante. El reflejo de la luna, ilumnia su superficie y el suave susurar de las hojas llena mi cabeza de una melodía renovadora. La brisa, suave y fresca, es como un abrazo reconfortante como si del mejor amigo se tratase.

No hay palabras. No hay tristeza. Ningún pensamiento llena mi cabeza.

Tras unos minutos, me levanto y me vuelvo a casa, pero antes me giro, y miro al banco. Es un ser interte, pero le saludo como a un amigo sabiendo que volveremos a vernos.

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No me había pasado por el blog hasta hoy. Aporto mi pequeño relato inventado sobre la marcha. Espero que guste.