Viendo el potpourrí de desgracias (sic) que mi gran amigo Sergio postea en su página y una vez que he tomado distancias y se ven las cosas de otra manera os cuento mi Lunes Tonto.
Domingo por la noche: Estoy viendo los Oscars hasta que acaban y después veo una serie en televisión: total me acuesto sobre las seis y media.
Lunes (también conocido por Lunes Tonto): A las nueve me despierta mi padre para decirme que se tiene que ir porque hay un problema, y que me tengo que quedar despierto para localizar a un vecino (un genio), porque se ha reventado una cañería en el garaje durante el día anterior y se ha estado saliendo el agua.
Localizo al vecino, arreglamos la cañería (la arregla él, vamos) y se va. Yo voy un momento al baño, y cuando salgo: inundación en la cocina, las cataratas Victoria no eran nada en comparación con el agua que cae del techo, porque los de la compañía del agua de abasto le han metido tanta presión al agua que revienta el sistema antidesbordamiento del bidón (comúnmente conocido como el flotador).
Secado de agua de cocina y cuarto donde estaba el bidón (no lo dije antes, pero por si alguien no lo sabe, un bidón de agua es como se llama aquí al depósito de agua, o por lo menos en mi casa se llama así) y viaje a buscar al vecino para que me ayude nuevamente (es un crack y un santo) y comprobamos que hay que tirar todo el agua del bidón, porque solo es barro lo que ha entrado.
Total que terminamos cerca de las seis de la tarde (con breve descanso obligado para que no nos empapara (mojara) más la lluvia), sin comer, yo por lo menos, y calado hasta los huesos.
Certificado como Lunes Tonto.
Domingo por la noche: Estoy viendo los Oscars hasta que acaban y después veo una serie en televisión: total me acuesto sobre las seis y media.
Lunes (también conocido por Lunes Tonto): A las nueve me despierta mi padre para decirme que se tiene que ir porque hay un problema, y que me tengo que quedar despierto para localizar a un vecino (un genio), porque se ha reventado una cañería en el garaje durante el día anterior y se ha estado saliendo el agua.
Localizo al vecino, arreglamos la cañería (la arregla él, vamos) y se va. Yo voy un momento al baño, y cuando salgo: inundación en la cocina, las cataratas Victoria no eran nada en comparación con el agua que cae del techo, porque los de la compañía del agua de abasto le han metido tanta presión al agua que revienta el sistema antidesbordamiento del bidón (comúnmente conocido como el flotador).
Secado de agua de cocina y cuarto donde estaba el bidón (no lo dije antes, pero por si alguien no lo sabe, un bidón de agua es como se llama aquí al depósito de agua, o por lo menos en mi casa se llama así) y viaje a buscar al vecino para que me ayude nuevamente (es un crack y un santo) y comprobamos que hay que tirar todo el agua del bidón, porque solo es barro lo que ha entrado.
Total que terminamos cerca de las seis de la tarde (con breve descanso obligado para que no nos empapara (mojara) más la lluvia), sin comer, yo por lo menos, y calado hasta los huesos.
Certificado como Lunes Tonto.
0 comentarios:
Publicar un comentario